Artículo de Lluís Comerón, presidente del CSCAE, publicado en el nº 184 de la revista profesiones dedicado a la respuesta de los profesionales ante la emergencia sanitaria del COVID-19.
Puedes leer la revista en este enlace. 
Confinados en nuestras casas, más de 40 días después del inicio de la crisis, todavía nos es difícil entender lo que sucede. En el ámbito personal, estamos perdiendo a seres queridos y sufrimos por la vida de los nuestros. En el ámbito social, experimentamos un “distanciamiento social” en el mundo físico, contrario a nuestra propia naturaleza, que compensamos con encuentros telemáticos y la inmersión en un mundo virtual antropológicamente desconocido y de consecuencias inciertas.
En el plano profesional, en el que el ejercicio de nuestra profesión, para el que nos hemos preparado y con el que estamos comprometidos, no es una actividad transitoria, sino una vocación permanente y una inversión vital, vivimos con desasosiego que el sector de la construcción está sufriendo un importante parón, agravado por la previsión de un efecto en segunda ola, cuando puesto que la crisis económica consecuencia derivada de la crisis sanitaria probablemente puede provocar otra caída profunda y, quizás, más prolongada de nuestra actividad.
A pesar de todo ello, frente al individualismo predominante durante la crisis financiera anterior, vemos cómo emerge, esta vez sí, un fuerte sentimiento de solidaridad y una respuesta colectiva, conscientes que solo con unidad podemos hacer frente a retos que, individualmente, resultan inalcanzables. En este contexto, los colegios profesionales, creados, desarrollados y con experiencia en esta convicción, tendremos que asumir y reivindicar nuestra capacidad en la construcción de proyectos colectivos.
Lluís Comerón, presidente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España.
